Tomando café en Helsinki [Damon]

- Ahora mismo no puedo, estoy esperando a que mi madre salga del baño ... no sé si lo entienden.

Mentí descaradamente sin un ápice de emoción en la voz.

Uno la miro, negó con la cabeza.

- No me puedes mentir, no a mi.

Dijo, y el otro la mio.

- Ven a las buenas... O te llevaremos a las malas.

Los miré, me iría con ellos y los mataría antes de lo esperado, recojí mis cosas y guardé todo en mi mochila, de la cual saqué dinero para pagar el café, lo dejé sobre la mesa, la cerré y me colgué a la espalda.

Quise saber a donde ibamos, a hablar con el otro vampiro, está bien.

Los dos chicos la acompañaron hasta donde yo estaba. La mire, de arriba abajo.

- Siéntese.

Le pedí, con voz cortante.

Con la apatía habitual me senté, sin ningún interes en nada, el tení un papel en todo esto que ocurría actualmente en Volterra, pero no jugaría sus cartas bien por lo que no me importaba matarlo sin más, el mundo no perdería gran cosa.

La mire.

- Quien eres, que haces aquí y que quieres??

Levanté la vista hacia él, sobre mis ojos parecía que había alguna especie de velo que hacía incapaz ver si sentía algo en realidad.

- No veo porque responder a tus preguntas ... Hijo de los Milemios.

- Hijo de los milenios??

Pregunte y reí. La mire.

- Que tu don sea poderoso no significa que seas mejor que nadie de aquí para hablar en ese lenguaje tan culto, señorita.

Dije, tajante.

- Relájate, no te matare, no por el momento.

Morir poco me importaba y con respecto a su amenaza la ví una estúpidez, yo podría matarlo en ápenas un instante, no debía tener tanta seguridad en sí mismo.

- ¿Que quieres?

- Respuestas, señorita.

Le dije, y sonreí.

- Veras... Tu, que lo sabes todo... Sabras que mis amigos no son cualquier vampiro... El.

Apunte a uno.

- siente las mentiras... Y el.

Señale al otro.

- Es, como un detector de dones y niveles.

Dije, sonriendo de lado.

Me encojí de hombros, realmente me daba igual.

Suspire al ver lo que hizo, di un golpe en la mesa.

- Dime, por que??

Pregunte, con crueldad. Mire a los demás y les hice una seña para que se largasen. Estos se fueron y me volví a encarar con ella.

- ¿De que quieres saber el por qué?

Aunque podría ahorrarme preguntar no me gustaba tener que estar todo el día pensando absolutamente todo.

Reí.

- Y tu eres quien lo sabía todo??

Pregunte, y ladee la cabeza.

- Por que Athenadoroa no volverá conmigo, por que perderé la batalla... Por que todos.

- Athenadoroa no volverá contigo por algo simple: ella no te ama, tu has podido besarla, has podido decirle las frases y hacerle los mismos gestos que en una novela de Stephenie Laurens, pero para crear amor eso no basta y ella solo se mantendría cercana a alguien a quien amase, tu podrías tenerla de mánera física mientras que estuviera en tu hogar pero no poblarías su mente jamás con esa actitud y realmene eso es lo que cuenta: Que alguien piense en tí.

Hice una pausa y le miré.

- Y la batalla no está perdida, tienes las cartas y todo de tu parte, solo en tus decisiones está el fracaso ... no te eres leal a ti mismo, lo sé ... ¿por que quieres conquistar Volterra?

- Por que es mio.

Dije, simplemente, mirándola. Ella sabría la real respuesta.

- No es tuyo, al igual que Athenadoroa no es tuya, realmente nada pertenece a nadie aunque sea bónito imaginarselo, deseas lo que representa Volterra pero no Volterra en sí, deseas un lugar en el que poder estar con Athenadoroa, un lugar plagado de historia donde pudiera ubicarse tu clan definitivamente y así permanecer únidos durante siglos, no deseas Volterra ... deseas una familia únicamente, en realidad creo que solo necesitas sentirte querido y ámado ... pero el sujeto de tu deseo no te ama, eso te enfurece y te hace querer destruir el ambiente que la transformó cuando se alejó de tí en el pasado ... porque sabes, como yó, que las personas no cambian solo son sus circunstancias y sí cambias las circunstancias de Athenadoroa y llevarlas a unas mas parecidas a las del pasado junto a tí, entonces ella podría amarte, no inmediatamente pero podría.

La mire.

- Eres un pozo de sabiduría chica...

Dije y suspire.

- Solo soy alguien que cometió demasiados errores en el pasado ...

Pronuncié sin más, había aprendido a base de palos pues cuando era joven no sabía de mi dón.